Un doctor en todo momento
Cuando regresamos de la playa con Carlitos, ¡casi me muero del susto! Se bajó del carro tosiendo, y entró a la casa estornudando. También, recordando, se había quejado de un dolor de garganta desde hace dos días. Eso solo hizo que mi preocupación aumente.
Lo ayudé a llevar sus cosas al cuarto. Le pregunté si había hecho caso con lo que le dije cuando estábamos en la playa, aunque por supuesto, ya sabía la respuesta. Antes de irnos, le di indicaciones muy claras: usa chompita y medias siempre, no estés mucho tiempo en el mar ni en la piscina, y cuando salgas, sécate rapidísimo. Le pedí TRES cosas, pero al parecer, como todo niño de 10 años, no cumplió con ninguna…
Me acerqué un poquito más, y se me partió el corazón al ver que mi niño que estaba sudando frío. Entré en pánico unos segundos antes de recordar que mi esposo, dejó anotado el número del servicio de soluciones que siempre usamos en el refrigerador – una de las soluciones que dan es el de solución médica, con orientación vía telefónica y por supuesto lo hice.
Llamé y en poco tiempo ya estaba hablando con una operadora que me comunico con la doctora especialista. Le conté la situación, y me pidió una descripción de los síntomas que tenía Carlitos: fiebre, tos, malestar general y dolor de garganta. La chica con una actitud positiva me explicó que con estos síntomas, puede tratarse de una faringitis. Me indicó que lo hidrate mucho, hasta que lo visite el doctor.
Me recomendó, también, agendar una cita y un experto vendría a nuestro domicilio a chequear a Carlitos. Como estaba preocupadísima, agendé la cita inmediatamente. La operadora me comentó que no había problema – en menos de una hora, un doctor estaría tocando el timbre de mi casa.
Dicho y hecho, a eso de los 50 minutos sonó el timbre; era el experto. Le agradecí por venir tan rápido, y lo llevé al cuarto de Carlitos. El chequeo fue rápido: le tomó la temperatura, la presión, revisó su garganta, etc. El diagnóstico no se demoró en venir: Carlitos tenía nada más y nada menos que faringitis. Nada grave, pero eso sí, me recomendó continuar con la hidratación, y además me recetó unos analgésicos para combatir el dolor de garganta. ¿Lo único malo? Carlitos no podrá regresar a la playa hasta curarse.
El doctor se despidió de manera amable y me comentó que puedo contar con su solución siempre que sea necesario, le agradecí desde lo más profundo de mi alma por habernos ayudado – le expliqué que a veces me preocupo demasiado por la salud de Carlitos – Me respondió que para esto está la solución médica de Solución 24/7 by GEA, para vivir con un poco menos de preocupaciones, porque cuando es por la familia, ninguna preocupación está de más.