5 mitos sobre sistema inmunológico.

5 mitos sobre sistema inmunológico.

5 mitos sobre sistema inmunológico.

Hemos escuchado bastante sobre el sistema inmunológico durante esta pandemia. Los medios, doctores y expertos en el tema explican de diferentes formas cómo debemos “reforzar” nuestras “defensas”, pues de esta forma estamos mejor preparados en caso de contraer el virus. Sin embargo, consideramos que vale la pena desmitificar ciertos aspectos que se han vuelto bastante comunes de escuchar en estos días, pero que en realidad no son ciertos. 

Por eso, aquí te presentamos 5 mitos sobre el sistema inmunológico:

I. Tener alergias significa que tu sistema inmunológico es débil.

Para muchas personas es normal sentir alergias estacionales en determinados momentos del año, algo que se suele vincular con la carencia de defensas e inmunidad. Las reacciones que resultan de este tipo de alergias son estornudos, dolor en la garganta, ronchas, irritación de ojos e incluso dolor de cabeza, y es normal que estos síntomas se manifiestan mayormente por las mañanas. 

Pero tener alergias no significa ser más propenso a enfermarse. Todo lo contrario, las alergias estacionales y su manifestación implican que tu organismo percibe a ciertas partículas en el aire como si fuesen virus o bacterias, y destina esfuerzo para expulsarlos como tal. 

Esto quiere decir que tu sistema inmunológico está bastante atento a tu entorno y que trabaja incluso de más para cuidarte, por más que te levantes a diario con alergias mañaneras.

II. El ejercicio fortalece el sistema inmunológico.

Debemos dejar en claro que no es recomendable hacer ejercicio cuando te encuentras enfermo porque tu cuerpo necesita de toda la energía disponible para enfrentar los microorganismos que te han infectado. 

Sin embargo, hacer ejercicio cuando te encuentras libre de enfermedad te va a ayudar a mantenerte bien y a fortalecer tu sistema inmunológico. Pero siempre ten en cuenta que una vida de deporte debe ir acompañada de una buena dieta y un constante respeto por las horas de sueño para no debilitar tus defensas. 

El ejercicio es un gran complemento siempre y cuando se tenga en cuenta lo mencionado.

III. El desinfectante es más efectivo que lavarse las manos.

Las manos son las principales causantes de contagios del COVID-19 a nivel mundial. Por más que tengas buenas defensas, si recibes una carga viral alta es muy probable que contraigas la enfermedad, por eso debes mantener tus manos “desinfectadas” en todo momento. 

Irónicamente usar gel antibacterial no es el mejor desinfectante. Contrario a lo que piensa la mayoría, la mejor forma de cuidarte y remover el virus de tu piel es lavando tus manos con agua y jabón, pues elimina un porcentaje mayor de bacterias (siempre y cuando este proceso se realice de forma consciente y se le dedique un mínimo de 30 segundos). 

De todas, si no puedes lavarte con agua y jabón, la mejor alternativa es el gel antibacterial.

IV.  La miel fortalece el sistema inmunológico.

Si bien la miel se usa para tratar resfriados, dolores de garganta u otros malestares, este endulzante natural no incrementa el sistema inmunológico. 

La miel tiene muchas propiedades beneficiosas, pues sirve como un antiinflamatorio, antibacteriano y antiséptico, pero no te ayuda a subir tus defensas. Este no es un alimento con el que puedes contar para cuidar tu sistema inmunológico. 

V. Si consumes más vitamina C es mejor para tu salud.

La vitamina C es uno de los complementos que te ayudarán sin duda alguna a incrementar tus defensas, pero se debe tener conocimiento de que el consumo excesivo de esta no es beneficioso para la salud, 

Excederse con la vitamina C puede causar síntomas gastrointestinales negativos, entre esos cólicos y diarrea que pueden, en casos más extremos, debilitar el sistema inmunológico. Por lo que se debe mantener una regulación de la dosis. Se aconseja que para los adultos, lo más apropiado es consumir entre 75 – 90 mg al día. 

Más allá de si somos personas alérgicas, si dosificamos la cantidad de vitamina C que consumimos, si realizamos ejercicio, si lavamos bien nuestras manos o si tomamos miel para aliviar algún malestar, cuidarnos es un hábito que siempre debe estar fundamentado en la información. 

No obstante, la desinformación también es contagiosa, incluso ahora cuando la salud es un tema del que todos estamos hablando. El contexto que vivimos y la reactivación que poco a poco estamos realizando a nuestros lugares de trabajo van a requerir que tengamos en cuenta todo esto, pues la nueva normalidad nos necesita listos, informados y preparados para regresar más fuertes.